La luna de miel es un viaje que todos los nuevos esposos esperan con mucha ansiedad. El nombre es muy curioso, pero tiene su significado especial.
En muchas antiguas culturas, la miel se asociaba con la fertilidad, la felicidad y la dulzura, cualidades que se les desea a los nuevos esposos. Se dice que en Babilonia, los padres de las novias le daban al novio una cerveza de miel que pudiera beber durante un mes, que esto simbolizaba la luna. Por otro lado, en la antigua Europa, la luna de miel simbolizaba el primer mes, o la primera luna desde el día de la boda. También se dice que es la luna de miel se llama así porque los nuevos esposos derraman miel por lo enamorados que están.
Aunque tomemos algunas tradiciones de las culturas antiguas, la luna de miel es muy diferente en nuestros días. En la actualidad, los nuevos esposos hacen un viaje, que más o menos dura un mes. Casi todos eligen lugares muy románticos y exóticos, pues son ideales para comenzar el matrimonio. La luna de miel es el momento donde los dos van a empezar a vivir como una pareja, y ahí tendrán que aprender a adaptarse para empezar su matrimonio con el pie derecho.
Cada pareja deberá planear a su gusto y a sus posibilidades la luna de miel. Deberán hacer juntos un presupuesto, y en base a este, poder escoger los lugares que van a querer visitar. Hay lugares que son más caros que otros, y algunos destinos requieren de un avión forzosamente, pero si no quieren gastar mucho dinero, pueden visitar zonas cercanas a donde viven, que seguro hay cosas padrísimas.
Lo más importante de la luna de miel es que pases mucho tiempo de calidad con tu esposo. El lugar no es lo más importante, lo más importante es la convivencia entre ustedes dos, los momentos padres que vivan juntos y el aprender a vivir el uno con el otro. Aunque no vayas al mejor lugar del mundo, va a ser la mejor luna de miel porque vas a estar con tu ahora esposo.